Las Tensiones

 Clase 2

¿Qué son las tensiones?

“Todos debemos hacer ajustes necesarios a los cambios, incertidumbres, eventos y dificultades de la vida. Con frecuencia estos ajustes ponen bajo presión nuestros cuerpos y mentes. La tensión se puede definir como cualquier situación que nos lleva a forzar a ajustarnos y que, además, crea presión física y mental”. (Consejería Cristiana Efectiva).


Fuente de las tensiones

  1. Tensiones que provienen de la sociedad: Situaciones como los crímenes, la inestabilidad política, la escasez de alimentos, el desempleo, entre otros, provocan tensión en las personas dentro de ese grupo social.
  2. Tensiones que provienen de eventos de la vida: Algunos sucesos vitales implican un cambio al cual debemos ajustarnos por lo cual produce una tensión en nosotros. Por ejemplo: la muerte de un ser querido, los accidentes, el matrimonio, el mudarse o el nacimiento de un bebé.
  3. Tensiones que se originan en nosotros mismos: En algunos casos no son los eventos sino nuestros temores, actitudes, expectativas y exigencias las que provocan en nosotros tensión.

¿Cómo nos afectan las tensiones?



  1. Físicamente: Se ha demostrado que las tensiones pueden ser causa de un agotamiento total y dar origen a una variedad de enfermedades, como ataques cardíacos, úlceras, dolores de cabeza y otros. A las personas que sufren de tensión les toma más tiempo recuperarse del padecimiento, debido a que sus cuerpos están cargados con la tensión y tienen menos capacidad para luchar con la enfermedad. 
  2. Psicológicamente: Cuando estamos bajo tensión, nos inclinamos más a ser olvidadizos, impacientes, ineficaces, irritables e incapaces de mantener una buena relación con los demás. También provoca dificultad para concentrarse y para conciliar el sueño, así como alteraciones en el apetito.  
  3. Espiritualmente: Las tensiones tienden a llevarnos a uno de dos extremos: 1 Acercarnos a Dios desesperadamente, buscar respuestas en Él y su palabra; o 2 Alejarnos de Dios, culparlo por lo malo que nos pasa y tratar de resolver las cosas por nuestros propios medios.

¿Cómo manejar las tensiones?

Las tensiones son inevitables en la vida de todas las personas. De hecho, todos los seres vivos nos estresamos en determinadas circunstancias, y gracias a eso disponemos de fuerzas adicionales cuando las necesitamos. El reto que representan no consiste en evadir las tensiones, sino en aprender a afrontarlas de manera constructiva, sin instalarse en un estado habitual de estrés; aprender a estresarnos en forma aguda, y a evitar que se convierta en crónico o permanente. El Señor es quien da el más efectivo consuelo y guía.

  1. No te sobrecargues con actividades: Si te sientes tenso, piensa en eliminar una o dos actividades, optando por mantener las más importantes..
  2. Se realista: No trates de ser perfecto – nadie lo es. Esperar perfección de los demás aumenta el nivel de tu estrés (sin mencionar la presión que ejerce sobre los demás). Si necesitas ayuda con algo, como el trabajo escolar, pídela.
  3. Duerme bien: Cuando se duerme la cantidad de horas necesarias, el cuerpo y la mente se mantienen en buen estado, pudiendo manejar cualquier situación negativa que cause estrés. 
  4. Aprende a relajarte: El antídoto natural del cuerpo para el estrés se llama respuesta de relajamiento. Es lo opuesto al estrés y crea una sensación de calma y bienestar. Los beneficios químicos de la respuesta de relajamiento pueden activarse simplemente relajándote. Puedes provocar la respuesta de relajamiento si aprendes unos simples ejercicios de respiración y los usas cuando estés en una situación que te cause estrés. 
  5. Disfruta de actividades que te calmen y sean placenteras: leer un buen libro, tomar tiempo para disfrutar de tu pasatiempo favorito, jugar con tu animalito preferido, o darte un baño relajante.

  6. Cuida tu cuerpo: Los expertos están de acuerdo en que ejercitarse con regularidad ayuda a las personas a manejar el estrés. (El ejercicio excesivo o compulsivo puede contribuir al estrés, por lo tanto, debe hacerse con moderación) Aliméntate bien para que tu cuerpo funcione de la mejor forma posible. Cuando sientes estrés, es fácil comer apresuradamente y comer comidas rápidas o que no son nutritivas. Cuando tienes estrés, tu cuerpo necesita más vitaminas y minerales que nunca. Algunas personas usan drogas para escapar de la tensión emocional. Aunque parezca que el alcohol y las drogas alivian la tensión emocional momentáneamente, la realidad es que depender de ellos causa más estrés porque afecta la habilidad natural del cuerpo para recuperarse.

  7. Cuida tus pensamientos: Tus perspectivas, actitud y pensamientos influyen mucho en la manera en que percibes las situaciones. ¿Está tu copa medio llena o vacía? Una buena dosis de optimismo te ayudará a salir adelante en situaciones difíciles. Aunque no tengas práctica o seas algo pesimista, todos podemos aprender a pensar con más optimismo y disfrutar de los beneficios.
  8. Resuelve los problemas sencillos: Aprender a resolver los problemas cotidianos te hace sentir en control. Evitarlos puede hacerte sentir que tienes poco control de la situación, causándote todavía más estrés. Aprende a evaluar la situación con calma, a pensar en las opciones que tienes, y a tomar los pasos necesarios para resolver el problema. Cuando te sientes capaz de resolver problemas pequeños, tendrás la confianza necesaria para resolver problemas más complejos – lo cual te ayudará en situaciones que te causen mucho estrés.
  9. Reconozca las cosas que no puede cambiar: Aceptar que no puede cambiar ciertas cosas le permite dejarlas ir y no alterarse. Por ejemplo, no puede cambiar el hecho de que debe conducir durante la hora pico. Pero puede buscar maneras de relajarse en el trayecto, como escuchar un podcast o un audiolibro.
  10. Aprenda a decir que no: Si su tensión viene de realizar demasiadas tareas en casa o en el trabajo, aprenda a establecer límites. Pida ayuda a los demás cuando la necesite.

Aprenda a reconocer el estrés y sus tensiones:

El primer paso para manejar el estrés es reconocer la presencia del estrés en su vida. Todo el mundo experimenta el estrés de manera diferente. Es posible que se enoje o esté irritable, que no pueda dormir o que sufra dolores de cabeza o malestar estomacal. Adicionalmente, identifique las situaciones que pueden provocarle estrés. Estas situaciones se conocen como tensionantes, sus tensionantes pueden ser la familia, la escuela, el trabajo, las relaciones, el dinero o los problemas de salud. Una vez que comprenda de dónde viene su estrés podrá idear maneras con las cuales lidiar con sus tensiones.

Estrés

Cuando mantenemos un estado de tensión por cierto tiempo esta se convierte en un estrés. En el campo de la medicina, es la respuesta del cuerpo a una presión física, mental o emocional. El estrés produce cambios químicos que elevan la presión arterial, la frecuencia cardíaca y las concentraciones de azúcar en la sangre. También suele producir sentimientos de frustración, ansiedad, enojo o depresión. Las actividades de la vida cotidiana o determinadas situaciones, como un acontecimiento traumático o una enfermedad producen estrés. Es posible que el estrés intenso o que dura mucho tiempo produzca problemas de salud física y mental. 

Efectos del estrés a largo plazo

Si usted está bajo estrés a menudo, es preciso que aprenda a manejarlo bien. El estrés puede afectar su bienestar. Con el tiempo, usted podría tener algunos de estos síntomas de estar estresado:
  1. Síntomas físicos: Resfriados o gripes frecuentes, dolores de cabeza, trastornos del sueño, tensión muscular, problemas de la piel, dificultades con la digestión.
  2. Mentales: Falta de concentración, mala memoria, problemas de aprendizaje, pensamientos negativos frecuentes, problemas del habla.
  3. Síntomas emocionales: Ansiedad, depresión, rabia, irritabilidad, sensación de impotencia, falta de propósito, problemas con las relaciones personales.
  4. Conductuales: Mala alimentación, conducir con imprudencia, abusar del alcohol o las drogas, propensión a los accidentes, actos de agresión.
Si usted no cree que esté manejando con éxito los estresores de su vida, busque ayuda de un proveedor de atención médica o de un proveedor de salud mental.  Existen muchas estrategias efectivas que pueden ayudarle a ajustar su entorno y controlar mejor su nivel de estrés.


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